En China existe una leyenda que dice que el descubrimiento del gusano de seda fue hecho por una antigua emperatriz llamada Xi Ling-Shi. Se dice que mientras tomaba el té bajo una morera de su jardín en el palacio real algo cayó a su taza de té. Cuando quiso sacarlo este se deshilachó y ella como era una tejedora por excelencia lo tomo y empezó a tejer con él. Este secreto de la seda no fue difundido a otro país que no fuera china ya que era algo excepcional, por lo tanto china guardó muy bien ese secreto hasta aproximadamente 1500 años después de su descubrimiento.
El hombre ha criado gusanos de seda desde hace varios siglos para la obtención de la preciada seda, hoy día se usan también como "mascotas". Ambos usos han impedido que afloren al natural así que hoy se puede decir que casi han desaparecido en libertad.
La mariposa o gusano de seda (Bombyx mori) es una especie de insecto lepidóptero de la familia Bombycidae originaria del norte de Asia. Se cría hoy en muchas regiones del mundo para aprovechar el capullo que protege a su crisálida, constituido por un largo filamento de seda, producido por la oruga al retraerse para la metamorfosis. Aunque existen otras especies setíferas, B. mori es la más extendida, y la conocida habitualmente con este nombre.
Los gusanos de seda, como cualquier otra oruga, pasan por cuatro fases básicas de desarrollo: Huevo, larva, crisálida o pupa e imago o adulto.
Los huevos tienen entre 1 y 1,5 milímetros de largo. Su cáscara es una membrana de materia quitinosa, que va desde el amarillo claro al gris pizarra y finalmente a un tono violáceo o verdoso. Los huevos sin fertilizar se distinguen inmediatamente por mantener la coloración amarillenta. La incubación dura alrededor de quince días, aunque en climas fríos la eclosión no se produce hasta haber pasado el invierno.
La oruga de seda es considerada el animal que más come del reino animal con respecto a su tamaño y tiempo de vida, esto es debido a que durante su letargo en el capullo y etapa adulta no se alimenta y además tiene que dejar las reservas suficientes a su prole para que sobreviva en el huevo.
Al momento de la eclosión, las larvas miden unos tres milímetros de largo y son de color gris. Ya desde el primer momento cuentan en el undécimo anillo del cuerpo con una trompa de seda o hilera, que utilizan apenas nacidas para suspenderse y alejarse de los restos del huevo.
La larva emplea el almidón de las hojas de morera que ha consumido, transformado en dextrina por su metabolismo, para producir el hilo de seda. El aparato destinado a este efecto está compuesto por dos glándulas ubicadas debajo del tracto digestivo, cuyos conductos van a dar a la hilera situada en el undécimo anillo. El material, líquido en el interior del cuerpo, se solidifica en contacto con el aire. Girando sobre sí misma, fabrica alrededor de su cuerpo una envoltura oval formada por un único hilo de hasta 1500 metros de largo. El proceso le ocupa 2 o 3 días. El vaciamiento completo de las glándulas de seda incita la pupación, que dura unos veinte días en condiciones normales. Al cabo de estos, una nueva mariposa emerge.
En ocasiones y por diferentes circunstancias (comida escasa o inadecuada, defectos genéticos, condiciones externas adversas...) los gusanos no logran crear su capullo y deben realizar la metamorfosis al descubierto lo cual, aunque reduce su probabilidad de supervivencia, no es un impedimento para la finalización normal de su ciclo vital.
Al eclosionar de la crisálida la mariposa rompe el capullo con una secreción ácida que separa los hilos de seda y sale al exterior, de los 3 a 7 días que suele vivir no se alimentará, tan sólo buscará pareja para poder efectuar una puesta. Al salir y días después, las hembras expulsarán líquido interno de colores del naranja al marrón.
Fuente: http://es.wikipedia.org/wiki/Bombyx_mori
Me has recordado con tu entrada mi niñez subido a una morera, recogiendo hojas para darle de comer a los gusanos de seda que todos los niños y niñas "criábamos". Salu2.
ResponderEliminarEstos de las fotografías los he tenido este año en mi casa para que mi hija los viese. La verdad es que también me han recordado aquellos tiempos de la niñez, en los que cogíamos hojas de Morera en el colegio Ramón y Cajal.
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